jueves, 20 de agosto de 2015

La última supernova (dedicatoria a la distancia)

Se miraban a los ojos embobados pensando que todo el universo bailaba a su alrededor, que eran inmortales y ese momento también lo era. Se besaban y sonreían sin imaginar que sus corazones, a pesar de que fueran diferentes los dos, estaban muertos. Caricias que dejaban cicatrices y marcas por todas sus tripas despedazando la jaula de las mariposas.

Él tenía un alma caliente, unos cabellos rojo y parecía que seguiría vivo hasta en la tumba. Ella en cambio parecía la reina de algún país de hielo, melena pálida, mirada de templada y corazón congelado esperando por algo de calidez que desvelara verdadero amor tras el frío de su pecho.