miércoles, 9 de septiembre de 2015

Tragicomedia

No por favor… no te pongas otra vez tu máscara, no haces más que destruir tu interior.

“Alzo la vista y me dicen que ya tengo que salir. Se me sobresalta el corazón porque me pillaron totalmente absorto en mis rotos pensamientos. Ya era la hora de actuar. Me seco la cara y salgo con una amplia sonrisa al escenario.
[...]
Llegué al fin a casa después de unas cuantas felicitaciones y besos que no me llegaron porque los sentí totalmente vacíos. Escondo mi cara entre mis horribles brazos. Ya no siento nada. Es como si mis emociones se hubieran mezclado con el humo de mi cigarrillo y yo las haya dejado escapar ante mis ojos, viendo cómo se disipan en el aire. Mi mente da vueltas por todo mi apartamento: rebota y vuelve a mí para agitar mi cuerpo entero y tirarme al suelo. Otra vez estoy abrazando mis rodillas empapándome en tristeza.”


Mil sonrisas que no valen nada. Mil sonrisas que no son más que  una simple máscara de inseguridades y sombras. Mil sonrisas que solo ocultan nuestro verdadero ser.
Pensaba que por disfrazarse con labios felices él lo estaría. Le gustaba que la gente a su alrededor le transmitiese energía positiva. Pero no la sentía. Se sentía tan vacío por dentro…  tan… inconcluso con la vida que se había erigido. Era el mejor rompiendo la cuarta pared pero eso le daba igual porque no sentía satisfacción con su propio trabajo.

Cuando el público lo veía no paraba de vitorearle esperando la dicha de la risa que este hombre les proporcionaba. Pero todas esas carcajadas solo llenaban su cubo sin fondo de calumnias.

Aquella mañana todo le pareció que le costaba más de lo normal. Iba desganado, con la cabeza demasiado baja. Pero, ¿quién podría ver lo que había dentro de él? No había nadie a su lado, soltero y sin un amigo, intentando sobrevivir a una pelea que se litigaba en su interior entre su débil e inocente alma y una sombra que dejaba carcomidos sus huesos y órganos vitales. Pero son estos conflictos los que nos mantienen con vida.

“No me siento nada bien, no puedo hacerlo otra vez, no me gusta esta máscara. Pero tengo que salir, enfrentarme a un público desagradable para mí.
[…]
Dejen de sonreír, paren ya por favor. Mi cabeza me va a estallar… Se ríen de mí, no de lo que digo, se ríen de mí, no de lo que digo, se ríen de mí, no de lo que digo… No los veo, tengo los ojos calados.”



Su parte psíquica del cuerpo se corrompió, sus extremidades dejaron de hacerle caso y no pudo soportar que la oscuridad consumiera su espíritu. Su estructura física se derrumbó y su mente se nubló por completo. Dentro de él, la batalla había acabado, su depresión devoró su alma y un espacio infinito se abrió ante él para dejarle descansar en una tranquila y solitaria lobreguez.




(Ayudado por Mirian Cruz González "NamelessMir" visítala en Wattpad:https://www.wattpad.com/story/32564206-tragic-diary)

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